27 Dic En busca de un Inglés Británico standard
Decíamos en artículos anteriores que, a partir de la pérdida de Normandía, se comenzó a sentir urgentemente a sentir la necesidad de una lengua nacional representativa, problema era resolver que dialecto se podía elegir. La cuestión se zanjaría muy pronto en favor del dialecto londinense. Varias razones contribuían a que así fuera
a) La región en cuestión ocupaba una posición intermedia entre el Norte y el Sur de la isla, y su dialecto compartía rasgos de ambas zonas.
b) La sede de la “Corte” se encontraba precisamente en Londres. Éste era el centro social, político y comercial del país, y en él confluían necesariamente los aristócratas, diplomáticos, artistas, sabios y maestros de todas las demás regiones, e incluso de otros países. No olvidemos que de las dos famosas universidades de Oxford y Cambridge estaban también sitiadas en la zona.
Era también de suponer que todas estas características geográficas, políticas y culturales, hicieran que el dialecto de Londres adquiriese muy pronto un gran prestigio en toda la Isla.
Pero algunos otros factores ejercían también una influencia decisiva, y acabarían por consolidar definitivamente la victoria de este dialecto sobre todos los demás.
c) Las relaciones comerciales, los expedientes y registros oficiales las actas y cédulas reales… expedidas o centralizadas en Londres ’
d) El uso que de este dialecto hacían los autores más populares v representativos: Chaucer, Wyclif, Gower, Langland, etc
e) Y por supuesto, el establecimiento de la imprenta inglesa en Londres, en 1476, desde donde W. Caxton divulgaría por toda Inglaterra multitud de traducciones y obras originales escritas en el dialecto londinense.
f) El espíritu renacentista, con su mayor movilidad social y su mayor preocupación por el mundo psicológico y espiritual del hombre, con aquella ansia de lecturas, aquel interés por nuevas formas artísticas y elegantes, aquella sed de cultura, aquella gran preocupación por verter en las lenguas vernáculas todo el mundo filosófico, artístico y religioso de la antigüedad clásica y divulgarlo por doquier…, contribuiría también notablemente a la expansión y generalización de este nuevo dialecto «standard» en todos los niveles.
Los dialectos locales no desaparecieron; hubo incluso cierta variedad e incertidumbre inicial en el uso del habla londinense. Pero lo importante es que, a partir del Renacimiento, el dialecto londinense oficial deja de pertenecer a una localidad geográfica para definir más bien a las clases cultivadas de todo el país (mientras que las variedades dialectales típicas de las clases humildes londinenses seguirían su propio rumbo, que desembocará en el cockney actual).
La unidad de la lengua volvía a ser una realidad. Y la preocupación lingüística parece girar ahora en torno:
- Al «prestigio del Inglés» comparado con el de las demás lenguas; y a su uso como vehículo adecuado para la comunicación literaria o científica;
- A la (in)adecuación y/o (insuficiencia de su vocabulario; y los posibles recursos que contribuyan al «enriquecimiento» del mismo;
- Y, en fin, a la «regularización» de la lengua desde el punto de vista gramatical, léxico y ortográfico.