15 Dic Inglés Antiguo e Inglés Medio: Tribus Germánicas
ASENTAMIENTOS DE LAS TRIBUS GERMANICAS en la HISTORIA DEL INGLÉS
Como la de casi todas las lenguas, la Historia Externa del Inglés es de una gran complejidad. Una relación exhaustiva de la influencia que han ejercido en la evolución de la lengua inglesa el desarrollo cultural, económico, social y político de Inglaterra y de América (y demás naciones en las que el inglés se habla como primera o segunda lengua) podría llenar varios volúmenes. Vamos a aludir tan sólo a aquellos factores históricos que explican algunos de los aspectos más relevantes de su desarrollo.
El inglés no era la lengua autóctona de Gran Bretaña. La importaron las tribus germánicas que invadieron la isla en el siglo V d. C.
Los naturales del país hablaban entonces varios dialectos de la lengua celta. La gran cantidad de topónimos, como: Kent, Devon, Cornwall, York, Thames, Avon, Dover, Bryn Mawr, Torhill, Brockhall, etc., lo atestiguan suficientemente.
Sería imposible dar una fecha exacta del asentamiento de los celtas en las Islas Británicas; probablemente fuera hacia el año 2000 a. C. Lo que sí parece cierto es que los varios dialectos que hablaban podían reducirse a dos grupos fundamentales: el gaélico (= «gaelic»), que persiste aún en las zonas rurales de Irlanda, Escocia y la isla de Man (aunque con características peculiares en cada caso); y el britónico (= «Brythonic» o «Cymric»), que ha perdurado también hasta nuestros días en el galés, cómico y bretón.
En el año 43 d. C. el emperador Claudio, intentando, quizá, vengar la frustrada expedición que Julio Cesar emprendiera en el año 55 a. C., comenzaba la invasión de Gran Bretaña. Y con la victoria de sus huestes, las regiones centrales y meridionales de la isla se romanizaron muy pronto: se construyeron ciudades, vías, etc.; y los celtas adoptaron paulatinamente la forma de vestir, los utensilios, las costumbres, e incluso la lengua y la religión de los invasores.
Los especialistas en esta época histórica han identificado más de 600 palabras latinas adoptadas por los celtas. Algunos de esos vocablos serían, a su vez, adoptados por las tribus germánicas que posteriormente invadirían también las Islas y aportarían lo que iba a ser la lengua definitiva de Gran Bretaña.
Entre esas palabras recordaremos, por lo «menos:
las formas en -caster o -chester (< del lat. castra, «campamento»); y las formas en -wic o -wich (< del lat. vicus, «pueblo»); las segundas formas con la consiguiente palatalización de [k],
que aparecen todavía en muchos nombres toponímicos ingleses: Chester, Dorchester, Gloucester, Worcester, Lancaster; Harwich, Norwich, Berwick, etcétera.
Hacia el año 410 d. C. los celtas habían conseguido deshacerse de las legiones romanas. Pero muy pronto iban a ser sometidos de nuevo por los anglos, sajones y jutos, según relata Beda el Venerable en su Historia Ecclesiastica Gentis Anglorum (completada en el año 731).
En realidad los jutos habían comenzado a establecerse en la Isla durante el siglo IV de nuestra Era, en la región actual de Kent. Durante el siglo V los sajones vendrían a establecerse en las actuales regiones de Sussex, Wessex, Essex y Middlesex. Y los anglos, por su parte, se establecerían en East Anglia hacia finales del siglo V, y posteriormente, hacia el ano 547, crearían otro pequeño reino, al norte del río Humber, como podemos ver en el siguiente mapa:
Varios autores han tratado ya de reconstruir, con relativo éxito, el detalle de estas invasiones; basándose
- En los relatos de Beda el Venerable.
- En la Crónica Anglosajona.
- En los trabajos arqueológicos, más o menos recientes.
- En la leyenda del Rey Arturo (que, según bastantes críticos, representa indudablemente a un caudillo celta)
- En las varias tradiciones galesas. Etc.
Pero desde el punto de vista que hemos adoptado, nos parece suficiente reseñar que la ocupación se verificó de una manera gradual, y que los antiguos habitantes fueron en parte destruidos, en parte obligados a emigrar al continente y en parte replegados en las regiones montañosas o mas remotas de la Isla. No obstante, las reminiscencias célticas serán abundantes en la lengua de las tribus invasoras, sobre todo en el suroeste del país. (En gran parte de Gales se continuaría hablando básicamente la lengua celta hasta 1500)
La lengua de los anglos, sajones y jutos era, en esencia, la misma; sólo presentaba algunas pequeñas variantes en sus sistemas léxico y fonológico.
Pero muy pronto, la falta de cohesión entre los siete pequeños Reinos Anglosajones daría origen a varios dialectos. Los cuatro principales de los que se conservan documentos escritos son: el northúmbrico, el mércico (ambos englobados por bastantes especialistas como el dialecto ánglico), el kéntico y el sajón occidental.
El Inglés nace, precisamente, cuando los dialectos de estas tres tribus germánicas comienzan a diferenciarse claramente de los demás dialectos comunes al germánico occidental. Los documentos antiguos son el único punto de partida para apreciar tales diferencias. Pero la dificultad para establecer una fecha definida radica en que los documentos más antiguos de que tenemos noticia son ya muy tardíos; comienzan en el siglo VIII:
En el dialecto de Northumbria:
- Los manuscritos del Leiden Riddle y el Death Song (de Beda).
- Los manuscritos del Hymn de Caedmon.
- Algunas inscripciones en runas: en la Ruthwell Cross, en el Frank’s Casket, etc.
En el Mércico:
- El Corpus Glossary.
- El Leiden Glossary.
- Y las glosas del Blickling Psalter.
En el Kéntico y Sajón occidental, tan sólo algunos nombres aparecidos en cédulas reales escritas en latín.
Sólo comienzan a ser abundantes en el sajón occidental, que había de convertirse en una especie de Standard Literary Dialect, en la segunda mitad del siglo x3, debido a la preponderancia política y a la gran actividad cultural que florece en el reino de Wessex, bajo la dirección de Alfredo el Grande. Entre esos manuscritos hemos de referirnos necesariamente a:
- Las Crónicas Anglosajonas (el Parker Ms.).
- La traducción del Cura Pastoralis (de Gregorio) y de la Historia Ecclesiastica «Gentis Anglorum» (de Beda).
- Las numerosas cédulas reales. Etc.
Y sobre todo abundan, en los siglos X y X, debido quizás al gran movimiento renovador de la Reforma Benedictina (que intentaba revitalizar la moral del pueblo cristiano, pero también convertir los monasterios en «escuelas» y centros de actividad literaria y cultural). De esta época datan los manuscritos antiguos más célebres:
- Las traducciones de las obras de Orosio: Historiarum Adversum Paganos, y de Boecio: De Consolatione Philosophice.
- Los Evangelios del sajón occidental, las Blickling Homilies.
- El Leech-Book y el Manuscrito de la Regla Benedictina.
- Varios manuscritos de la Crónica Anglosajona.
- Y, sobre todo, los cuatro grandes códices del siglo xi: el Beowulf, el Exeter Book, el Junius Psalter y el Vercelli Book.
Es decir: que la «prueba» de que estas tribus germánicas hablaran -na lengua netamente distinta a la de los demás dialectos germánicos del Continente (= un «inglés primitivo») es posterior en varios siglos al comienzo real, hablado, de esa nueva lengua.
Y, en realidad, de ese primer período del inglés antiguo (que los historiadores suelen dividir en a) Inglés ant. primitivo: del 400 al 500; y Inglés ant. prehistórico: del 500 al 700) sólo caben conjeturas
Con todo, algunos especialistas nos aseguran que la mayoría del material esencial (ideológico, lingüístico, etc.) de esta literatura primitiva es Bastante anterior a la fecha en que nos ha sido definitivamente legada en un manuscrito concreto. Las costumbres, la jerarquía de valores, la concepción de la vida, las descripciones de las batallas, etc. reflejan una sociedad que ya había desaparecido mucho antes.
Pensamos, por ejemplo, en el gran poema épico inglés Becnvulf: el carácter de sus protagonistas ‘ naturaleza de muchos de los episodios centrales de la obra son, sin duda, parte de una tradición oral que debió haberse originado en el Continente, incluso antes de que las tribus germánicas invadiesen la Isla.
Vanos acontecimientos y circunstancias de carácter histórico, cultural, social, etc., posteriores al establecimiento de la Heptarquía Anglosajona, contribuirían a desarrollar y modelar esta lengua inglesa naciente.