18 Dic Inglés Antiguo e Inglés Medio: Las Invasiones Escandinavas
Seguimos con la tercera entrega de la historia del inglés, después de las tribus germánicas y de la Cristianización, ambas muy importantes en la evolución de la lengua inglesa, continuamos con:
LAS INVASIONES ESCANDINAVAS
Las invasiones escandinavas comenzaron, de modo interminente, hacia el año 787. En la segunda mitad del siglo IX los invasores se habían apoderado ya de la ciudad de York y de casi toda la East Anglia; su territorio pasaría a denominarse Dena lagu o Dane-Law.
La batalla de Maldon, ganada por Olaf Tryggvason (991), será celebrada por una de los poemas épicos más emocionantes del inglés antiguo (The Battle of Maldon). Con Olaf, rey de Noruega, y Svein, rey de Dinamarca, la dominación escandinava se hizo una realidad. Y sólo en 1042 volverían las Islas al control ingles.
La lengua, cultura y sociedad de estas tribus vikingas eran muy similares a las anglosajonas: también ellas pertenecían al grupo germánico (aunque «septentrional»). Esto hizo, quizá, que su influencia en el vocabulario inglés fuese más considerable.
Más de 600 nombres de pueblos y ciudades inglesas contienen aun hoy las formas:
by («ciudad»): Derby, Whitby, Moresby, Rugby… thorp («pueblo»): Linthorpe, Bishopsthorpe, Gawthorpe. thwaite («pequeña porción de tierra»): Applethwaite.
Y muchos nombres de personas, el sufijo patronímico –son; por ejemplo: Johnson, Paterson, Stevenson, Richardson, etc.
Pero la influencia escandinava fue más allá de los simples nombres de personas o de ciudades. Un poema del siglo XIV. Bruce, de Barbour, es una buena muestra de la gran cantidad de vocabulario escandinavo que entra a formar parte del inglés antiguo (vocabulario aún usado en algunos dialectos del Norte, donde la acción vikinga fue más notable y duradera):
Algunas palabras persisten en el inglés contemporáneo como cuasi-smontmos de otros términos anglosajones de la época; de ahí que tengamos hoy, por ejemplo:
whole (origen anglosajón), y hale (origen vikingo); y de igual modo multitud de pares como: to/till; from/fro; craft/skill; hide/skin; etc..
mientras que otras han adquirido un significado ligeramente diferente; por ejemplo, pares como: shirt/skirt (camisa/falda), ditch/dike (canal/ dique), shin/skin (espinilla/piel), ridge/rick (lomo o cordillera de monta-ñas/almiar), etc. [en escandinavo, siempre sin «palatalización»].
A veces es la palabra escandinava la que ha sustituido a la palabra original inglesa, pasando a adquirir ésta un significado ligeramente diferente:
Wing sustituirá a Feper (aunque el significado del actual feather siga íntimamente relacionado con el original).
Bark se preferirá a rinde (que adquirirá un sentido más general, aplicable incluso al revestimiento endurecido de toda clase de frutas y hortalizas).
Cut desplazará, de igual modo, a ceorfan («to carve»); cast a weorpan’, sky a wolcen; etc.
Las formas escandinavas del pronombre personal plural pai/pei; paim/pám y pair/peir, desplazarán también gradualmente a las formas nativas: hl/hle, heom, heore, según aparece ya en algunos documentos norteños de comienzos del inglés medio; aunque la adopción de estas formas nuevas sería más tardía en los dialectos del Sur, donde aún siguen entremezclándose las formas originales hasta el siglo XV (en los Canterbury Tales de G. Chaucer, por ejemplo).
A excepción de estas formas pronominales y de algunos otros rasgos gramaticales y fonológicos, la gran aportación de los invasores escandinavos a la lengua inglesa radica, sin duda, en su gran contribución a la formación del vocabulario. La gran facilidad para adoptar nuevas palabras que se acomoden a sus necesidades ha sido siempre una característica de la lengua inglesa. Y el influjo de la lengua y formas de vida de los vikingos, a este respecto, supera a cualquier otra influencia anterior o posterior: los préstamos lingüísticos escandinavos se refieren en general a acontecimientos, circunstancias y cosas de la vida ordinaria (ejemplos: egg «huevo», weak «débil», bark «corteza», sky «cielo», skin «piel», skill «arte, destreza», give «dar», get «obtener», anger «cólera, enojo», etc.), y han calado profundamente en el vocabulario activo del campesino, del trabajador y del hombre de la calle, contrariamente a cuanto sucede con los préstamos procedentes del francés o del latín, que eran primordialmente cultos, académicos, técnicos, aristocráticos.
John of Trevisa —en la traducción del Polichronicon, 1385, cap. LIX— subraya adecuadamente la gran repercusión, en el desarrollo de la lengua inglesa, de estas invasiones escandinavas, juntamente con la de los normandos.