Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda

Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda

Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda

Con este artículo, quizás el más importante de los 4, cerramos la serie de la historia del inglés antiguo e ingles medio con:

LA INVASION NORMANDA:

El efecto de la invasión normanda, tras la coronación de Guillermo el Conquistador (1066), se acusó inmediatamente, obligándonos a la admisión de un nuevo período, con características propias, en la evolución de la lengua inglesa: el inglés medio, que podríamos encuadrar entre los años 1100 a 1500. Con el advenimiento de los Normandos

  1. Cesan las crónicas anglo-sajonas (aunque una de ellas continúe en Peterborough hasta 1154, en el dialecto del Northeast Midland), que se escribirán desde ahora en latín.
  2. Desaparece el sajón occidental (que se había convertido en una especie de «dialecto literario ‘standard’» en la segunda mitad del inglés antiguo) como lengua culta y administrativa, para dar paso al dialecto francés de los invasores.
  3. También desaparece la aristocracia anglosajona: todos los puestos de gobierno, y toda la nobleza política, económica, religiosa y cultural será ahora de origen francés.
  4. Y, en consecuencia, el inglés deja de enseñarse en las escuelas, dando paso al francés, cuyo conocimiento y dominio suponen un «prestigio» entre los nativos, y se convierten en un medio imprescindible de «promoción» social y cultural.

 

Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda 3

 

 

Numéricamente el porcentaje de ingleses era, sin duda, muy superior al contingente francés; y merced a esta mayoría numérica, el inglés antiguo continuó hablándose. Pero todo el que sabía leer y escribir procuraba realizar tales actividades en francés. Los comentarios de John of Trevisa:

...and uplqndisch men wol lykne hamsylf to gentilmen, and fqndef wi{> grft bysynes for to spfke Freynsch for to bé mpre ytqld of,

y Robert of Gloucester:

...Vor bóte a man conne French me tellef of him lute.

Ich wene f er ne béf in al fe world contreyes ngne fat ne hgldef to hor owe spgche, bote Engelgnd gne

 

son altamente significativos, e indican el estado de postración a que había llegado por entonces la lengua anglosajona.

Podríamos, por consiguiente, asegurar que la Inglaterra del período que nos ocupa (el inglés medio) es una nación trilingüe. En efecto, se habla:

  1. El Latín: que —como ya ocurriera, en buena parte, durante el inglés antiguo— era la lengua de toda actividad intelectual seria (= Teología, Filosofía, Ciencia, Documentos oficiales…); durante el período que comienza con la invasión normanda, diríamos que adquiere el rango de «lengua vernácula de los doctos». Y algunas obras como De Nugis Curja-lium (de W. Map), o la Historia Regum Britannice (de G. Monmouth), etc., nos hacen pensar en un uso del latín fuera, incluso, del estrecho círculo de los doctos, intelectuales o investigadores.
  2. El Francés —la lengua del invasor: de los gobernantes y de la aristocracia—, cuya influencia sobre la lengua y la literatura anglosajona es, sin duda, grandísima, aunque no creemos que hasta el punto de justificar la postura de E. Legouis: «there are thus two necessary prefaces to English Literature, and the French is more indispensable than the Anglo-Saxon to comprehension of its final form»5.
  3. El Inglés: que queda prácticamente relegado a las clases humildes, a los iletrados. Recordemos que, incluso después de que la lengua inglesa recupera su prestigio y su calidad de lengua nacional y oficial, bastantes autores todavía confiesan haber escrito sus obras en inglés «for lewd men» (= «para los ignorantes»).

Pero en 1204 el trono inglés pierde Normandía. Y con ella desaparecen también muchos de los lazos económicos, sociales y políticos que ligaban a los anglo-normandos con el Continente. Hacia 1250 —como repulsa ante la gran oleada de eclesiásticos y funcionarios franceses, traídos a Inglaterra durante los reinados de Juan sin Tierra y Enrique insurge en los antiguos nobles normandos (que ya no podían considerarse más que «ingleses») un gran sentimiento nacionalista, y una nueva preocupación por el conocimiento y uso del inglés, como signo de su nacionalismo. Es ciertamente sintomático (de este nacionalismo y de esta preocupación por el inglés) el hecho de que el movimiento fuese encabezado por un normando de raigambre, Simón de Monfort. Y más sintomático aún el hecho de que las Provisiones de Oxford —en las que Enrique III garantiza una serie de derechos a las clases nobles— apareciese en versión inglesa (junto a las versiones paralelas «francesa» y «latina»): era el primer documento oficial que se escribía en inglés en casi doscientos años.

El nacionalismo iría afianzándose definitivamente durante las constantes luchas que conocemos como la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Al final de la contienda estaba ya bien claro quién era francés y quién era inglés. El «francés» era la lengua del enemigo; el «inglés», la lengua del patriota. El restablecimiento del inglés como lengua oficial era ya un hecho definitivo: en las escuelas, en las crónicas y documentos oficiales, en la literatura de todo tipo, en las instituciones legislativas y sociales, etcétera.

Pero, para entonces, el inglés era ya muy diferente de la lengua de los siglos IX y X. Las clases inferiores habían continuado hablando la lengua de sus antepasados. Pero el inglés antiguo que conocemos a través del Sajón occi. (= la lengua literaria culta) se había hecho coloquial. Sin trabas preceptivas ni autoridades de prestigio intelectual que lo impidieran, algunos cambios en la estructura gramatical, que habían comenzado a gestarse ya antes de 1066, se consolidan ahora con gran celeridad; pero con características propias en cada comunidad regional que, al irse acentuando progresivamente, originarán una multitud de dialectos.

Así cuando la producción literaria se reanuda, tras un periodo de transición, reaparece en una diversidad de formas dialectales, sin que ninguna de ellas goce de preeminencia. Los estudios de Moore, Meech & Whitehall —tras examinar irnos 266 textos del inglés medio (siglos xn a xv)— ha* llegado a localizar la existencia de, por lo menos, diez dialectos, como podemos ver en el siguiente mapa:

 

Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda 1

 

La cuestión no está aún zanjada definitivamente, por supuesto. Har aparecido ya algunos resultados del Survey of English Dialects, planeadc en 1946 por E. Dieth y H. Orton (profesores, entonces, de las Universidades de Zürich y Leeds, respectivamente), basándose sobre todo en el habla di las zonas rurales, «for it is among the rural population that the traditiona’ types of vernacular English are best preserved today»; y se espera bastante del nuevo enfoque propuesto por los profesores A. Mclntosh (Universidad de Edinburgo) y M. L. Samuels (Universidad de Glasgow).

Lo que sí podemos afirmar es que el inglés hablado por los naturales del país, y el inglés que los normandos establecidos en Inglaterra comen zaron a estudiar y hablar masivamente a raíz de la pérdida de Normandía van evolucionando progresivamente hacia una especie de dialecto común que sólo cuajará en una lengua nacional «representativa» con la preponderancia del dialecto londinense.

 

La influencia de la lengua francesa en la evolución hacia ese nuevo tipo de inglés será grandísima:

 

Comienzan a desaparecer las elaboradas desinencias del período anterior, debilitándose las vocales de las sílabas no acentuadas. Y, como consecuencia de esta pérdida del sistema «flexivo», se establece un uso progresivamente creciente de preposiciones para indicar las relaciones gramaticales (que será, luego, una característica esencial del inglés moderno), y una mayor rigidez en el orden de colocación de las palabras en la oración.

Aparece una tendencia a sustituir el género gramatical por el género natural. El género gramatical del inglés antiguo era ciertamente arbitrario, y a veces estaba en flagrante contradicción con el orden natural: Wifmann («woman»), por ejemplo, era masculino, mientras que wlf («wife») era neutro.

Sólo el complicado sistema «flexivo» ofrecía una pequeña guía (no siempre «segura», porque la misma desinencia podía representar casos diversos y, por consiguiente, diferente función). Con la desaparición del sistema desinencial, se hacía imposible distinguir el género del nombre, sin ese recurso al género natural.

El sistema ortográfico se modifica sustancialmente, para conformarlo a la práctica de los escribas franceses:

  1. La u es sustituida, en determinadas circunstancias, por ou. Así: hüs > hous > house («casa») müs > mous > mouse («ratón») püsond > pousend > thousand («mil»),
  2. «Y» comienza a usarse en lugar de «i»: hyt, ys, tyme, Inglysch, mientras que la antigua ortografía «y» (= [ü]) resultará, frecuentemente, «u»: bup, furste, lurnep…
  3. La combinación «qu-» pasa a representar la «cw-» (— [kw]) del inglés antiguo, en muchas palabras nativas: queen (< del ingl. ant. cwen); quick (< cwicu)-, quench (< cwencan), etc.
  4. Se adopta el uso de «u» después de «G» para representar el sonido velar [g], en contacto con vocal [e]: ej., tongue (< del ing. ant. tunge); al propio tiempo que la ortografía «o» sustituye a «u» en contacto con nasal; etc.

Surge una nueva modalidad literaria, modelada, en su mayor parte, sobre los «romances» franceses. Su mismo tema, casi siempre en torno a aventuras caballerescas, amor cortesano, torneos, batallas, festejos, juego, caza o incluso discusiones religiosas…, se prestaba al uso de multitud de nuevos vocablos. Y es que, con la venida de los normandos, se introducen en Inglaterra toda una serie de formas de vida, de gustos culturales y artísticos, de costumbres e instituciones sociales y políticas nuevas. Y, con ellas, miles de nuevos términos de origen francés, necesarios para referirse a ellas.

 

Inglés Antiguo e Inglés Medio: La Invasión Normanda 2

 

Y ésta es quizá la contribución más significativa del francés: el gran enriquecimiento que supuso para el vocabulario del inglés antiguo. Desde 1100 a 1400 el inglés de la época anterior se enriquece con unos diez mil vocablos de origen francés. Según las tablas de O. Jespersen —modificadas luego por A. C. Baugh—, la época de mayor influjo coincidió con los años del restablecimiento del inglés como «lengua nacional» (entre 1250 y 1400), al tratar de expresar en inglés conceptos que hasta entonces habían sido expresados solamente en francés. Contrariamente a lo indicado con los términos tomados de las tribus escandinavas, la mayoría de estos nuevos verbos, nombres, adjetivos, etc. se refieren a las actividades de la clase burguesa y de la sociedad aristocrática:

1) Al gobierno: government, reign, power, minister, parliament…

2) A la nobleza: feudal, vassal, prince, duke, barón, peer… y a sus actividades más características:

La guerra: arms, assault, siege, officer, soldier, troops, navy, enemy, guará, prison, etc.

La caza: chase, falcon, scent, forest, quail, pheasant…

Los asuntos de tipo legal: judge, justice, court, defendant, crime, damage… La moda: habit, robe, cape, collar, chemise, chair, adorn...

3)        Al arte y la cultura: art, colour, image, design, music, melody, cathedral, palace, tower, poet, rime, romance…

4)        A la educación, en general: lessons, grammar, title, chapter, paper, study, noun, etc.

5)        Al comercio: profytable, parteners, travayl, etc.

Esta influencia queda bien patente en la producción literaria de la época: ya no se buscan en las raíces anglosajonas equivalentes de los nuevos significados; se aceptan directamente las palabras, las expresiones, a veces hasta la frase entera.

Bastará echar una ojeada a las palabras francesas con letra cursiva en algunos párrafos del The Canterbury Tales o del Sir Gawayne and the Grene Knight, para convencernos de ello:

Whan that Aprill with his shoures soote

The droghte of March hath perced to the roote

And báthed every veyne in swich licour

Of which vertü engendred is the flour,

And of alie cheualry to chpse, pe chef fyng alosed

Is fe leí layk of luf, fe lettrure of armes-,

For to telle of fis teuelyng of fis trwe knygte^,

Hit is fe tytelet tqiken, and íyxt of her wekke,

How ledes for lele luf hor lyue3 han auntered,

Endured for her drüry dülful stounde,

And after wenged with her walour and voyded her care,

Algunos autores trataban de explicar los términos nuevos con una palabra o frase nativa. O. Jespersen apunta una buena cantidad de ejemplos al respecto.

Cherite, £et is Luve («Love», amor).

Desperaunce, fet is Unhope («dispair», desesperación).

Ignoraunce, fet is Unwisdom and Unwitenesse («unknowing», ignorancia, inconsciencia)

Patience, Jet is Polemodnesse («mind suffering», sufrir/aguantar con ánimo) Bigamie, Pet is…

0tros escribían una especie de lírica macarrónica, con abundantes calcos sintácticos, o pasando del inglés al francés con la mayor naturalidad incluso a mitad de frase.

En cualquiera de los casos, el término francés era siempre preferido como mas técnico, más refinado, más culto. Y la tendencia arraigó tanto que aun no ha desaparecido totalmente en el inglés de nuestros días: Bastaría apuntar algunos pares de sinónimos para observar que el término de origen francés (el segundo) sigue gozando de las mismas prerrogativas:

ask/demand

clothe/dress

deep/profound

feed/nourish

forgive/pardon

friendship/amity

happiness/felicity

hearty/cordial

begin/commence

help/aid

hide/conceal

hinder/ prevent

likeness/similitude

lonely/solitary

win/conquer

wish/desire.

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